III

Sin apartar la vista de los informes alargó la mano y sacó del cajón de su izquierda una pitillera de plata. Tuvo que dejar de leer las hojas del gobierno para poder centrarse en buscar un mechero que no encontraba. Era su favorito, de plata con relieves en mate en el que también aparecía una figura de un águila. Después de unos pocos segundos por fin lo encontró y pudo encender su cigarrillo rubio.

- Deberías dejar de fumar

Álex se había olvidado de que su subordinado continuaba en la sala. No soportaba aquellos días en los que tenía que autodegradarse por el bien de su compañía. De todos modos no podía quejarse, tenía dinero y una vida segura mientras no se autropoclamase superior a un hombre aun que, a veces esto último, la corroía por dentro.

- Y tu a aprender a vestirte – le respondió con sorna – las corbatas están para algo más que para tenerlas en el armario

- Tienes razón – Se sentó en la silla que había inmediatamente enfrente de la de su superiora – Si le preguntamos a Vondarf seguro que le gustó más tus trapos que los míos.

Álex dejó de abrir y cerrar la tapa de su chisquero de gasolina y lo posó fuertemente en la mesa

- Una palabra más sobre ese hombre y te degrado al sector de la limpieza- Shadow se reía cada vez que Álex le decía aquellas palabras, que no era en pocas ocasiones precisamente. Esta se había vuelvo a centrar en la carpeta roja que tenia el sello del gobierno – Bueno, ya sabes lo que toca ahora – le dijo cerrando la carpeta y mirándole directamente a los ojos, escalofriantes ya que, a diferencia de su ojo azabache, el otro era albino – Hay que conseguir toda la información posible de esos dos consanguíneos. Lo quiero todo: Nombre, donde viven, a que hora comen y que comen, que gente les siguen y que predica. Y, sobretodo, que son. ¡Tenemos mucho dinero en juego! Así que vete avisando al equipo, quiero el informe mañana por la mañana.

- Tienes la información en esas hojas, ¿para que necesitas más?

- Quiero un trabajo limpio, no armar el revuelo en el sector Omega. Cuanto más sanguinarios seamos más lucharán. Y eso no nos conviene, te lo recuerdo.

- En fin, dame un par de horas, reuniré al equipo para esta noche.

Cuando cerró la puerta, Álex se dejo caer en el respaldo de su sillón y le dio una profunda calada al cigarrillo que sostenía en su mano izquierda dejando salir, después, el humo con suavidad. Estaba agotada, siendo mestiza no aguantaba lo mismo que un vampiro normal sin dormir, tenía ganas de llegar a su casa y darse un baño para luego dormir profundamente. Pero aún así tenía mucho trabajo que hacer, así que decidió darse una ducha de agua fría, cambiarse de ropa y luego tomar un café cargado para despejarse.

Relato originalmente escrito por Haraz.