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domingo, 27 de abril de 2008

XXI

-Shadow..

El vampiro estaba agitado y más pálido aún si cabe. Parecia cansado tran una angustiosa búsqueda que había llegado a su fin. Tenía puesto el pantalón de la última misión, de la que había salido mal herido, pero nada que le cubriese la parte del pecho; Únicamente pequeños rastros de sagre por la violencia con la que se había sacado los electrodos. Álex era la antítesis a su lado, tal como iba vestida y por su expresión, parecia una niña asustada. Estaba algo despeinada por el viaje frenético que había echo con Albel de regreso a Requiem.

Por un momento tuvo la tentación de ir hacía él, pero recordó que si Shadow estaba así era por protegerla a ella y se sintió mal.

- ¿C-Cómo estás? - Se alegraba de ver que estaba bien, pero le estremcia esa mirada extraña que Shadow tenía.

- ¿Estás bien? ¿A pasado algo extraño? - Le hizo las dos preguntas casi sin respirar, ansioso por obtener una respuesta

- ¿Si ha pasado algo extraño? - Contestó confundida - La última vez que te vi estabas tumbado en el laboratorio de Isaac, conectado a máquinas, y no sabría decirte en que estado estabas.. ¡Y luego me entero que te has escapado para encontarme!

- Si te estaba buscando es por que algo pasa - Apuro a defenderse. Su intranquilidad se convirtió en impaciencia. Despues de estar tan preocupado por su jefe escuchar reproches por su parte no hacía más que intranquilizarlo aún más - No estás segura.

- Mientras tu no podías trabajar Nuca se ha encargado de mi vigilancia. No tienes porque preocuparte

- ¿Nuca? - Preguntó con sarcasmo - Es un humano normal y corriente. ¡Cualquier habitante del sector Omega podría reducirlo con facilidad!

- No lo subestimes - respondió ella con tono autoritario - Y no subestimes mis decisiones: SI está en mi equipo es por algo

Sahdow chasqueó la lengua y se sentó en el sofa de la entradda del despacho cabizbajo. Cuando levantó la vista se fijo en que Álex estaba radiante.

- ¿Qué hacias fuera... vestida así? - Se había percatado de que Álex estba demasiado elegante, incluso para ella.

- Estaba cenando con el ministro de defensa, él ha sido quien me compró el vestido - contestó - Estoy bien, Shadow. ¿Qué me iba a pasar? Tenía a Nuca y a Albel cerca de mí.

- ¿Cenando con el ministro de defensa? - el tono de preocupación se transformó en irritación - Mientras que tu organización pasa por problemas, con un inspector al caer y tu guardaspaldas en el laboratorio de ese ciéntifico loco por tus imprudencias.. ¿Te vas de cena así vestida?

- ¡No pude hacer otra cosa! - El que Shadow le espetase en la cara que él estaba mal por su culpa le había dolido - Ese hombre lleva intentado buscar una excusa para salir conmigo mucho tiempo, y esta vez la consiguió. No tenía alternativa, Shadow. No estaba en lugar de elegir. - Un gruñido del vampiro dejó ver que estaba disconforme con lo que acaba de decir - Y si voy vestida así es, a parte de una obligación, porque tengo educación.

Hubo un silencio incómodo que duró pocos segundos.

- Se te pegan demasiadas cosas de los humanos - Dijo pronunciando con más enfásis la última palabra. Ella abrió mucho los ojos - A veces me cuesta creer que..

Dejó la frase incompleta. Cuando Álex quiso darse cuenta Shadow estaba en el balcón de su despacho mirando hacía el vacio que se imponia bajo sus pies. Bajo la luz de la luna su ojo albino brillaba con más claridad mientras su pelo ondeba con suavidad. Él si que no paracía humano, era imponenete y autoritorio con tan sólo mirarle.

- ¿Pero se puede saber que haces ahora? - Preguntó mientras salía al balcón. Shadow entornó los ojos buscando algo.

- Esta noche no te vayas a tu apartamento. Hay algo que te sigue - Dijo bajando de la barandilla de piedra con un pequeño salto.

- ¿Algo qué me sigue? - dijo escéptica - ¿Te encuentras bien?

- ¡Si, perfectamente! - A decir verdad se sentía mejor que nunca, ni el mismo podría explicarlo con palabras. Parecia como si estuviese más fuerte, con más resistencia y con mucha más intuición. Como si sus poderes se hubiesen potenciado. - Escúchame Álex, he sentido como si te fuera a pasar algo, como si te siguieran.

- Shadow, has pasado días enfermo, recuperándote. Puede que todavía estes algo aturdido..

- ¡Si me acabo de recorrer medía ciudad buscándote es que no deliro! - Le gito mientras la agarraba por los hombros.

Álex no sabía que creer. Estaba calro que una reacción en Shadow no era habitual ni normal. Parecía preoucupado. De tomas maneras parecía subrealista que un vampiro como Shadow pudiese percibir como siguen a otra persona.

- Está bien - dijo al fin. - Pásaré esta noche aquí, pero sólo porque tengo cosas que hacer.

Shadow entendió que esa frase significaba que la conversación quedaba zanjada. Álex pasaría la noche allí. Atravesó la cristalera hacía el despacho y cuando pasó al lado del escritorio una carpeta de color negra llamó su atención. Tenía una etiqueta que rezaba "Busqueda de Arceo". Como si de un imán se tratase Shadow la abrió con curiosidad, aquello no era nada de lo que Cross Valantine se hubiese encargado últimanente. Dentro había una fotocopia en color de un pergamino antiguo y numerosos folios. Antes de que pudiese fijarse en algo Álex le arrancó la carpeta de las manos y la llevó a su espalda.

- ¡¿Qué haces?!

- ¿Quién es Arceo? - preguntó poniéndose cara a cara con ella.

- Se me ha pedido informacion sobre alguien llamado Arceo. Sólo eso - contestó sin demasiada convinción.

- Que extraño. Algo así nunca se lo pedirían a una simple secretaria - Contestó con una media sonrisa - ¿Me equivoco?

Álex trató de ignorar aquella pregunta

- Creo que no - murmuró con suficiencia - Creo que a la única persona que le interesan esos informes es a tí.

- ¿Y a tí qué más te da lo que se importante para mí? - Álex desvió la mirada y fue a por su cajetilla de tabaco.

- Muy buena pregunta - Musitó en voz tan baja que Álex se prehuntó si hablaba consigo mismo; pero después de unos segundos de silencio, comprendió que era la única respuesta que iba a obtener.

- ¡No vuelvas a tocar nada de mi despacho sin mi permiso! - dijo enojada - Hay asuntos que no te incumben. Quien lleva Requiem soy yo, no lo olvides - Esa última frase parecía, más que una advertencia, una amenaza. Shadow frunció el ceño.

- Yo también me alegro de volver a verte, mi lady - dijo sin inetrés. Y salió del despacho tan sigilosamente como siempre.

Cuando Shadow hubo cerrado la puerta, Álex comenzó a sentirse mal, cansada y débil. En los últimos años varias veces pensaba que la situación acabaría lléndosele de las manos, y daba la sensación que ahora cada vez se acercaba ese momento con más avidez. Por eso no creía, sabía que debería encontrar a Arceo: él sería capaz de poner punto y final a esa situación. Lentamente rodeó la mesa, se sentó en el mullido sillón y abrió los informes que le acaba de sacar de las manos a su subordinado. Los únicos datos que tenía de Arceo era que estaba en Nexus y lo que podía hacer. No tenía ni una sóla fotografía suya, ni un dato: nada que pudiese llevarla hasta él.

Le incomodó la idea de tener que pasar allí la noche y le asombró pensar que en un complejo como aquel no tenía ni una habitación donde pasar la noche. Ni siquiera tenía ropa cómoda. Con un suspiro se sacó las sandalias y se acostó en el sofá. Tendría que pasar la noche allí.

La puerta se abrió de par en par. Nuca apareció con cara de preocupación, y Álex se incorporó de golpe.

- ¡Cámbiate! - Se le veía algo contarriado. Lo último que esperaba era ver a su Jefa tirada en el sofá. - ¿Donde está Shadow? ¡Necesitamos al señor Valantine! ¡¡Ya!!

- ¿Qué ocurre Nuca? - no encontraba razón alguna por la que Nuca pudiese inrrumpir en su despacho sin emplear sus modales habituales

- ¡¿Donde está el idiota de Shadow?! - repitió

- Acaba de salir de aquí hace un rato. ¿Pero se puede saber que pasa? ¡Dímelo ahora!

- Christopher Hampton acaba de llegar

- ¿Quén? - No le sonaba ese nombre de nada

- Christopher Hampton, el supervisor de la Iglesía

- ¡Mierda! - "esto no hace más que empeorar" pensó Álex

Relato originalmente escrito por Haraz.

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