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domingo, 27 de abril de 2008

XIII

Dos hombres de gran presencia entraron en el local. Su mera presencia servía para que hasta el aire se detuviese a su alrededor para hacerles paso; no eran sólo los líderes de una revolución inminente, sino unas personas cultas y capaces de manipular masas. Se acercaron a la barra del bar mientras Álex intentaba disimular. A fin de cuentas, ella, como secretaria de Cross Valentine, ha podido conocer a personalidades y figuras políticas... y científicas.

- ¿Qué van a tomar? - dijo el barman con tono complaciente

- Lo de siempre, hermano - dijo Guns

Tras coger dos cervezas, Hate se subió en la barra, dejando caer el gabán negro que llevaba puesto.

- ¡Amigos! ¡Hermanos! ¡Compañeros! ¡Es hora de levantarnos en contra del gobierno que nos oprime!

- ¡Síiiiiiii! - gritaba la muchedumbre.

- ¡Nos levantaremos desde los suburbios y crearemos en caos en las ciudades! Pero no os equivoquéis, no vamos a realizar una masacre sin sentido, sino la eliminación selectiva de los enemigos de nuestra revolución.

Los vítores eran reflejo de la capacidad de convicción de aquellos dos hombres. Los gabanes que llevaban no eran por gusto, sino para esconder las horribles deformidades que la experimentación en sus propios cuerpos había producido, todo para conseguir "una raza superior" mejorada, pues así se consideraban los habitantes de los suburbios, capaces de sobrevivir a las peores condiciones. Nuca y Álex prestaban atención, bastante impresionados de las capacidades de esos dos hombres.

- Parece mentira que ellos, los científicos más brillantes del gobierno, ahora estén en este estado por experimentar incluso consigo mismos... - dijo Nuca.

- Sí... además, conseguían todo lo que querían gracias a esa retórica tan buena. Creo que puedes ver lo peligrosos que pueden llegar a ser.

- Sí, la verdad es que dan miedo. ¿Cuál es el plan de acción?

- Simple: escúrrete entre la gente y aprovecha la distracción para poner esta bomba y limpiar un poco el bar. Déjame a mí la distracción.

- ¿Vas a enseñar las tetas?

- Si no quieres que te enseñe lo que hace mi puño en tu cara, más te vale hacerme caso.

Álex era adorable cuando se enfadaba.

Cuando la joven vio que Nuca se había acercado lo suficiente a Guns como para poner la bomba mientras disfrutaba la charla de su hermano y su refrescante cerveza, levantó la mano osadamente.

- Disculpe, tengo una pregunta...

- Dime, pequeña, habla sin miedo - contestó Hate

- ¿De verdad tú mismo te crees esas mentiras?

Álex dejó ver su cara claramente ante la sorpresa de los asistentes, especialmente los hermanos Morrigan. Sacó una de sus pistolas y dio tres tiros al aire para ahuyentar a parte de las masas.

- Feliz navidad, “guapos”.

- Es la secretaria de Cross Valentine… ¿qué estará haciendo aquí? – susurró Guns a su hermano

- Ya veis, pasaba por aquí y tenía ganas de ver a un tío feo… y mira tú por donde aquí encuentro dos.

- Espero que te des cuenta de que estás en serios problemas, ¿verdad?

Efectivamente esa no era una situación cómoda, pues tenía a los dos hermanos delante de ella, y casi rodeándola un grupo que no había huido con el alboroto. Por suerte, los habitantes de los suburbios pierden la fuerza por la boca.

- ¿Alguna idea? – preguntó Hate

- Puede que sí…

Levantando un brazo, disparó dos tiros a Hate. Éste no hizo ningún gesto para esquivarlo… y no le hizo falta, pues éstas rebotaron al impactar en la piel.

- No sé cómo serán de completos tus informes, pero últimamente estoy aprendiendo a controlar la dureza de mi piel. Salvo una bomba, nada puede arañarla.

Una bala le quedaba…. “De sobra”, pensó Álex confiada. Girándose hacia una ventana, empezó a correr hacia ella. Usó su bala para liquidar al guardián que estaba justo en frente, y haciendo gala de su agilidad no tardó en saltar por ella.

- ¡Ahora!

Era la señal que esperaba Nuca desde el exterior. Con éxito logró colocar una bomba de fragmentación, polemizadas por la Iglesia debido a su capacidad destructora; al pulsar el detonador que amablemente fabricó Isaac, el edificio empezó a consumirse a base de explosiones.

- ¿Crees que podemos parar un momento? – preguntó Nuca intentando tomar aire

- No te lo recomiendo. Shadow ahora mismo nos está cubriendo las espaldas, así que deberíamos darle las gracias. Y Albel nos sacará de aquí, así que menos protestar y más correr.



Álex también era de las que se le olvida que los seres humanos puros no dan tanto de sí como un mestizo como ella, o como un vampiro original, pero aun así la necesidad de correr era urgente.

- Álex, ¿me oyes?

- Te invitaré a cerveza si es una buena noticia…

- Entonces tendrá que esperar. Estoy en un tejado intentando barrer toda la morralla posible del suelo, pero de las ruinas del local he visto salir algo… MUY gordo.

- Define “gordo”

- Una masa de carne con forma humana que va corriendo hacia vosotros.

Si no había tenido bastante con vestir como una pordiosera para disimular, entrar en aquel tugurio y encima dejarse ver en público ante esa panda de babosos, no era nada comparado con la que se le venía encima justo detrás: un amasijo de carne con dientes, piernas y un brazo terminado en una enorme garra parecía tener ganas de darles un abrazo a los miembros de Réquiem. Un cartucho que tenía la pistola de Nuca fue descargado contra la masa, que pareció tener apetito, pues las balas acabaron engullidas, igual que todos los objetos pequeños con los que iban tropezando. Este era un mal día.

- ¡Volved, desgraciados! – chilló la masa grumosa

- Esa voz me suena – comentó Nuca

- Espero equivocarme, pero diría que es Hate Morrigan mutado al máximo.

- Como siempre en el clavo, mylady. Según en escaner genético, no es ni Hate ni Guns, sino algo completamente distinto. No puedo leer qué o quién es, pero mi recomendación es que no dejes de correr.

Sin embargo Álex tenía una idea distinta: agarró su teléfono móvil en medio de la carrera, pulsó un par de teclas y se lo lanzó a Nuca.

- Escúchame, tenemos que cargarnos a la cosa esta como sea… Tengo una idea, pero necesitamos estar los cuatro… ¿Me sigues?

- Dime qué hago.


- Cuando me separe, pulsa el botón verde. Esta cosa me seguirá a mí, así que mi plan no puede fallar.

- Eso espero…

- Shadow, ve al punto de reunión, yo me dirijo hacia allá. Nuca, busca otra vía e intenta llegar antes que yo. ¡Ahora!

No hizo falta ninguna separación, pues unos meteoros de llamas detuvieron a la criatura Morrigan durante unos momentos. Albel, con un chupachups de fresa en la boca, estaba sentado en un cubo de basura.

- Hola a todos.

- ¡Albel, idiota, por qué te has saltado el plan!

- Jefa… éste es el punto de reunión.

Con las carreras, habían llegado al punto que tenían acordado en caso de emergencia. Desde el principio de Réquiem se acordó un lugar donde reunirse en cada misión por si existía alguna eventualidad, para que todos los miembros pudieran superar lo que uno solo no podía. Estaba claro que hoy era una de esas “eventualidades”.

Por su parte, Shadow bajó del tejado con un buen par de armas apuntando a la cosa.

- ¿Estrategia combinada? – preguntó Albel

- Ya sabéis lo que tenéis que hacer, niños… - dijo Alex

- ¡A la carga! – dijeron los tres a la vez.

Originalmente escrito por Saga.

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